
Para comprender el título de esta nota, usted debe desterrar la idea de "profesión asociada a universidad". Aquí una definición que ayudará a aclarar varias cosas: "Profesión: Actividad habitual de una persona, generalmente para la que se ha preparado, que, al ejercerla, tiene derecho a recibir una remuneración o salario". Entonces, un cuidador, es un profesional y en estos tiempo es un profesional muy requerido, donde es vital su capacitación y reconocimiento. "Profesionalizar la figura del cuidador para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y dependientes", esta es la idea central que estamos desarrollando. En los tiempos que corren, la sociedad muestra una creciente demanda de recursos humanos para la atención, el acompañamiento y cuidado de gran parte de la población adulta, con patologías crónicas, pero en etapas activas de su vida. Personas con un grado de dependencia pero con las posibilidades de disfrutar de su vida, familiar, laboral y social, de maneras adaptadas a la situación. Un cuidador preparado, llevará compañía y ayuda a la persona enferma y soluciones y alivio a toda una familia. Esto tiene un gran valor. Dimensionar la importancia del cuidador en un hogar, es un proceso que se construye con el tiempo. Para los enfermos y sus familias, es indiscutible el beneficio de continuar una vida, dentro de los parámetros normales posibles. Eso puede lograrse, "re aprendiendo" nuevas formas de vivir lo cotidiano, con la guía profesional, el acompañamiento y cuidados acordes. Aunque en principio parece inalcanzable, el trabajo en equipo, hace que cierta normalidad sea posible. Dentro de este equipo, se encuentra la figura del Cuidador. En un mundo moderno y con expectativas de vida en crecimiento, vemos la necesidad real de proporcionar formación especializada a los nuevos cuidadores y asesoramiento profesional a las familias o personas con afecciones crónicas. Promoviendo todos los grados de independencia posibles y el estado de bienestar necesario en cada etapa que se vive.